miércoles, mayo 07, 2008

Cortos de Laica 155

El ser humano viene desarrollando su existencia con base en una serie interminable de preguntas. Y entre las interrogantes destacadas en el área del conocimiento se encuentra la siguiente: ¿Tiene límites el potencial de la inteligencia humana? En torno a esa y otras preguntas similares el investigador de Harvard, Howard Gardner, escribió su polémica obra denominada Inteligencias Múltiples (IM) (Paidos, Barcelona, 1995). Las IM sugieren un gran desafío para los sistemas educativos, puesto que habría que atender al estudiantado de manera más individual, buscando detectar y fomentar las inteligencias de cada quien:

Los test de Coeficiente Intelectual( CI) predicen el éxito escolar con una precisión considerable, pero nada dicen acerca del posible éxito en una profesión determinada después de la escolaridad. Los test de CI miden únicamente capacidades lógicas o lógico-lingüísticas. El jugador de ajedrez, el violinista y el atleta ¿son inteligentes en sus respectivas carreras? Si lo son, ¿por qué el término actual de inteligencia no consigue identificarlos? ¿Qué es lo que les permite realizar esas proezas memorables? Tratamos estos problemas a la luz de la teoría de las inteligencias múltiples (IM). Creemos que la competencia cognitiva del ser humano queda mejor descrita en términos de un conjunto de habilidades, talentos o capacidades mentales, que denominamos inteligencias.

La teoría de las inteligencias múltiples pluraliza el concepto tradicional. Una inteligencia implica la habilidad necesaria para resolver problemas o para elaborar productos que son de importancia en un contexto cultural o en una comunidad determinada. Cada inteligencia se activa a partir de ciertos tipos de información presentada de forma interna o externa. Una inteligencia debe ser también susceptible de codificarse en un sistema simbólico: un sistema de significado, producto de la cultura, que capture y trasmita formas importantes de la información. El lenguaje, la pintura y las matemáticas son tres sistemas de símbolos, prácticamente mundiales, que son necesarios para la supervivencia y la productividad humanas. Estas son las siete inteligencias:

Cinético corporal. La evolución de los movimientos corporales especializados es de importancia obvia para la especie, y en los humanos esta adaptación se extiende al uso de herramientas. El movimiento del cuerpo sigue un desarrollo claramente definido en los niños. Y no hay duda de su universalidad a través de las culturas.

Inteligencia lógico-matemática. En los individuos dotados de esta inteligencia, el proceso de resolución de problemas es, a menudo, extraordinariamente rápido: el científico competente maneja simultáneamente muchas variables. Junto con la capacidad lingüística, el razonamiento lógico matemático proporciona la base para los test de CI. Esta forma de inteligencia ha sido investigada en profundidad y constituye el arquetipo de la “inteligencia en bruto”.

Inteligencia lingüística. El don del lenguaje es universal, y su desarrollo en los niños es sorprendentemente similar en las distintas culturas. Incluso en caso de las personas sordas a las que no se ha enseñado explícitamente un lenguaje por signos, a menudo los niños, inventan su propio lenguaje manual y lo usan subrepticiamente (señas caseras).

Inteligencia espacial. La resolución de problemas espaciales se aplica a la navegación y al uso de mapas. Otro tipo de resolución de problemas espaciales aparece en la visualización de un objeto visto desde un ángulo diferente y en el juego de ajedrez. Las artes visuales también emplean esta inteligencia en el uso que hacen del espacio. Las personas invidentes proporcionan un ejemplo de la distinción entre inteligencia espacial y percepción visual. Es notable la analogía entre el razonamiento espacial de los invidentes y el razonamiento lingüístico de las personas sordas. Niñ@s autistas hacen dibujos de una finura y precisión representativa extraordinarias.

Inteligencia interpersonal. Se construye a partir de la capacidad nuclear de sentir distinciones entre los demás: en particular, contrastes en sus estados de ánimo, temperamentos, motivaciones e intenciones. En formas más avanzadas, esta inteligencia permite a un adulto leer las intenciones y deseos de los demás. Esta capacidad se da en formas altamente sofisticada en líderes religiosos o políticos, profesores y terapeutas.

Inteligencia intrapersonal. Es el conocimiento de los aspectos internos de la persona: el acceso a la propia vida emocional, a la propia gama de sentimientos, la capacidad de efectuar discriminaciones entre estas emociones y finalmente ponerles un nombre y recurrir a ellas como medio de interpretar y orientar la propia conducta. Esta capacidad permite trascender la satisfacción del impulso instintivo, lo cual es relevante para una especie que no está permanentemente implicada en la lucha por la supervivencia.

Inteligencia musical. La evidencia procedente de los niños prodigio confirma que existe un vínculo biológico con cada tipo de inteligencia. Poblaciones espaciales subrayan la independencia de la inteligencia musical: los niños autistas, que no pueden hablar, pueden sin embargo tocar maravillosamente un instrumento musical. Los datos que apoyan la interpretación de la habilidad musical como una inteligencia proceden de fuetes muy diversas.

Frente por la Cultura Laica

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