El reto: salud reproductiva

Le enviamos el artículo publicado el día martes 1 de abril del 08 en el periodico: Milenio Sección: Tendencias Pág. 37


Según la OMS, se registran cerca de 16 a 670 muertes por cada 100 mil nacidos vivos.

Ana Laura Mitidieri
La joven peruana Karen Llontoy tenía 17 años y un embarazo de 14 semanas cuando los médicos de un hospital público de Lima le diagnosticaron al feto anencefalia, una malformación congénita por la cual su hija, sin cerebro, moriría en horas.
Tras meditarlo mucho, Karen había decido poner fin a una historia con un triste y único final anunciado.
Pero el director del hospital donde se atendía, y donde los médicos la habían asesorado sobre la posibilidad de abortar por su situación, le negó ese derecho. Meses después, la beba de apenas cuatro días de vida murió y la salud física y emocional de su madre quedó muy comprometida.
El caso, uno de los tantos que ocurren en toda América Latina, fue presentado con la ayuda de las organizaciones de mujeres DEMUS, CLADEM y Center for Reproductive Law and Policy ante el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que en el 2005 falló a favor de la joven.
La ONU estableció que el estado peruano le había negado a Karen varios derechos. Entre ellos, decidir sobre su cuerpo y su vida, el de la protección de su salud física y mental y el la de un aborto terapéutico.
Falta de recursos y planes de educación sexual adecuados, el irrespeto de los derechos, resistencia de grupos conservadores y religiosos, retiro de fondos externos a la anticoncepción y escaso acceso al sistema de salud, son parte de un mortal coctel para las latinoamericanas.
Mientras tanto, miles de mujeres, sobre todo adolescentes, quedan embarazadas sin desearlo. Muchas llevan adelante la gestación y partos de riesgo, mientras otras recurren a un aborto clandestino, poniendo en serio peligro sus vidas.
La contracara de la falta de planes nacionales y regionales eficientes de planificación y salud sexual y reproductiva es la elevada mortalidad materna.Según la OMS, las tasas de mortalidad materna de los países latinos fluctúan entre 16 y 670 muertes por cada 100 mil nacidos vivos.