jueves, abril 17, 2008

Oposición al aborto sin citar a la ciencia

Le enviamos el artículo publicado el día sabado 12 de abril del 08 en el periodico: El Universal Sección: DF Pág. 2



Carlos Avilés
Nadie se salió del guión. Ni el procurador ni el ombusman ni los representantes de grupos cercanos a la Iglesia católica. Todos llegaron a la sede alterna de la Suprema Corte de Justicia a defender la vida humana del concebido, del embrión, de esa persona que, dicen, ya existe desde antes de las 12 semanas del embarazo, y que, aseguran, está protegida por la Constitución.
En orden, sin pancartas, sin videos, sin grupos de apoyo, sin gritos, en completa calma, con diferentes argumentos también llegaron para pedirle a la Corte que declare que las mujeres embarazadas no tienen derecho a privar de la vida al concebido que se forma en sus vientres.
“Es evidente que el producto de la concepción es persona y, por eso, resulta inadmisible que se autorice la privación de su vida hasta la semana 12 de gestación por el simple consentimiento de la madre”, diría el procurador General de la República, Eduardo Medina Mora.
“El hecho —aseguraría el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, José Luis Soberanes— de que su hijo se encuentre dentro de su vientre no le otorga el derecho a disponer de él, pues no se trata de su cuerpo, sino de un ser humano distinto a ella”.
Los dos funcionarios fueron los primeros en inaugurar esta nueva fase de seis audiencias públicas que abrió la Corte para conocer la opinión de todos los interesados en los juicios más importantes que tiene a su cargo.
Los dos llegaron para justificar personalmente las demandas que promovieron desde hace un año para pedirle al máximo tribunal del país que declare inconstitucional la reforma que aprobó la Asamblea Legislativa del Distrito Federal para despenalizar el aborto en las 12 primeras semanas de embarazo.
Soberanes fue el primero en colocarse justo en el centro de esa mesa con forma de herradura en torno a la que se sientan los ministros de la Corte y en la que sólo estaba vacante el lugar del ministro Genaro Góngora Pimentel, a quien se le ubica como uno de los integrantes del alto tribunal que apoya la reforma proaborto.
Y también el primero en asegurar que “el embrión está constitucionalmente protegido al ser el núcleo esencial de la vida humana del concebido”, y en concluir que, por tanto, la norma aprobada por la Asamblea es inconstitucional.
En el orden de la lista le siguió el procurador Eduardo Medina Mora, quien pidió anular la despenalización del aborto en el Distrito Federal porque, dijo, antes de las 12 semanas de gestación, el producto de la concepción ya es una persona.
Sin citar fuentes científicas, les dijo a los ministros de la Corte, que para este momento del embarazo “esta persona ya formó sus órganos principales como son la cara, los oídos, las extremidades e, incluso, son visibles ya las uñas de sus dedos; se puede conocer si es niña o niño”.
De ahí que, les advirtió, “señores ministros, nadie puede dudar que estamos en presencia de un ser humano que debe gozar de los mismos derechos que todos nosotros, que tiene el derecho de vivir”.
Después vendrían a reforzar estas posiciones, con sus participaciones, el académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Jorge Adame, y los representantes de las asociaciones civiles Red Familia, Comisión Mexicana de Derechos Humanos, Agrupación Courage Latino, Asociación Vida y Familia, Asociación Méxicana de Bioética y Voz Pública, la mayoría de ellas vinculadas con la Iglesia católica.
Y dejaron el camino despejado para que en 15 días los diputados de la ALDF, las autoridades del gobierno capitalino y todos los que están a favor de la despenalización del aborto acudan a defender su postura.

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