lunes, abril 14, 2008

Cortos de Laica 154

La laicidad fomenta, como dos ejes fundamentales en las sociedades modernas, el ejercicio de las libertades y la igualdad de derechos para toda la población. Pero siguiendo en esa dirección, como parte de nuestra dinámica evolutiva, existe también la aspiración al reconocimiento de la singularidad como personas, como sujetos. Sobre ello habla la lingüista búlgara Julia Kristeva en su ensayo ¿Hacia una feminización de los valores? Presentado en el marco de los Coloquios del siglo XXI convocados por la UNESCO, ¿Hacia dónde se dirigen los valores? (publicado por el Fondo de Cultura Económica, México, 2006). Algunas de sus ideas:

En mi opinión, la diferencia sexual implica diferencias psíquicas y, por consiguiente, diferencias culturales e ideológicas que pueden cambiar el vínculo universal y, sin amenazarlo, hacer que sea más flexible y más rico. En otras palabras, puede existir una creatividad de las mujeres.

La lucha de las mujeres por su emancipación ha tenido tres etapas en los tiempos modernos. Primero, la reivindicación de los derechos políticos por parte de las sufragistas; seguidamente, la afirmación de la igualdad ontológica (del ser) con los hombres y, por último, la búsqueda de una diferencia entre los sexos que conllevaría una creatividad original de parte de la mujer, tanto en la experiencia de la sexualidad como en el conjunto de las prácticas sociales, desde la política hasta la escritura. En este sentido, las feministas no se diferenciaban de las ambiciones totalizadoras de los movimientos libertarios surgidos de la filosofía ilustrada. El propio feminismo, al no tomar en cuenta la singularidad de los sujetos, cree que puede encerrar a todas las mujeres en una reivindicación tan feroz como desesperada.

El mayor motivo de ira de Simone de Beauvoir se dirigió siempre contra la metafísica, ya que es la metafísica la que encierra a la mujer en el Otro para situarla en la facticidad (algo que no puede cambiar) y en la inmanencia (unión esencial inseparable por naturaleza: por ejemplo, la mujer y la subordinación a la autoridad del hombre y a las tareas del hogar), y negarle el acceso a la verdadera humanidad, la de la autonomía y la de la libertad.

No es seguro que el conflicto entre la condición de todas las mujeres y la realización de cada una se pueda resolver si sólo nos preocupamos por la “condición” y subestimamos al “sujeto”. ¿De qué manera, formando parte de la misma condición, tenemos derecho a la singularidad, al individualismo positivo? Estoy segura cuando escucho a las mujeres hoy en día, las que se comprometen con los movimientos sociales, las que desean que se las reconozca en su singularidad de personas y que buscan una creatividad y un reconocimiento específicos y singulares, de que nos encontramos en el principio de una nueva etapa libertaria. El último logro de los derechos del hombre y de la mujer consiste en favorecer el desarrollo de nuestra singularidad.

Quizá una de las perfidias de la historia del silgo XX, obsesionado por la diferencia sexual, permanece en el hecho de que esta diferencia no debe establecerse en una dualidad: los hombres por una parte, las mujeres por otra. Dicha perfidia, en caso de que lo sea, tendría que llevarnos, más allá de la dicotomía, hacia la singularidad. Cada uno somos un sexo diferente, y las mujeres son tantas sexualidades diferentes como individuos existen. Hay que fomentar la singularidad como valor específico, y puede que la lucha de las mujeres haya sido de ayuda.


Frente por la Cultura Laica

Busca la colección completa de Cortos de Laica en la siguiente dirección:
http://www.libertadeslaicas.org.mx/paginas/Enciclopedia/EncicloCortosLaica.htm
Los Cortos de Laica como Estampas Laicas:
http://www.17.edu.mx/index.php?cont=85
Otra versión se halla en una interesante página publicada en Lima, Perú: http://www.cuerpoyderechos.info/home/seccion_detalle.php?ID=61

No hay comentarios: