*No hay respuesta a recomendación del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, dice experto
*“Prejuicios” de funcionarios frenan avances en salud sexual y reproductiva, añade
*“Estancamiento” gubernamental en la materia, reconoce titular del Conapo,

México DF, abril 3 de 2008 (Mario Alberto Reyes/ NotieSe).- El director de la Red por los Derechos de la Infancia en México, Gerardo Sauri, denunció la falta de compromiso del gobierno mexicano para cumplir con una recomendación emitida por el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas en 2002, la cual se refiere a la necesidad de elaborar políticas públicas en materia de salud sexual y reproductiva que tomen en cuenta los diversos tratados internacionales que sobre este rubro han firmado las autoridades federales.

“El Comité de los Derechos del Niño de la ONU es un órgano constituido a partir de la firma y ratificación de la Convención de los Derechos del Niño en 1990 y evalúa los informes que los Estados que ratificaron dicha Convención les presentan cada cinco años”.

Durante su participación en el debate El derecho a la educación sexual, el experto atribuyó el incumplimiento de la recomendación a los “prejuicios y desinterés” que tienen quienes diseñan las políticas públicas. Agregó que la vinculación de funcionarios públicos a grupos conservadores que ven los derechos sexuales y reproductivos como una “amenaza”, dificulta el avance y consolidación de los derechos humanos.

Al referirse a la educación sexual para niños y niñas, Sauri mencionó que cada vez se acepta más el derecho que tiene este sector de la población a recibirla, sin embargo, dijo que los problemas surgen cuando se habla del enfoque que ésta debe tener.

“En el discurso político predomina la idea de que los adultos somos los propietarios y administradores de los derechos de los niños. Son la extensión de nuestros sueños frustrados, además de que se les adjudican cargas sociales. La mancha oscurantista no sólo ha crecido en el debate público sino en la esfera política y de gobierno”.

En breve entrevista con NotieSe, Gerardo Sauri dijo que si durante el segundo año de la administración calderonista, no se elabora un Programa Nacional de Atención a los Derechos de la Infancia que tome en cuenta la recomendación del organismo de la ONU, aunado a que se trata de una obligación establecida en el artículo 7 de la Ley de Protección de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, durante el resto del sexenio “difícilmente se hará”.

Apuntó que el Estado mexicano tiene la obligación de generar datos sobre la infancia, pues hasta ahora se desconocen los niveles y formas de violencia ejercidas contra niños y niñas.

Por su parte, la secretaria general del Consejo Nacional de Población, Elena Zúñiga, reconoció que las políticas públicas en materia de sexualidad poco han servido para incidir en la postergación de la vida reproductiva de las jóvenes mexicanas, de las cuales 55 por ciento tiene a su primer hijo antes de cumplir los 20 años de edad.

“Estamos prácticamente estancados”, dijo la funcionaria. No obstante, destacó que a partir de los años 70 y como consecuencia del Programa Nacional de Sexualidad, el número de hijos de las mujeres mexicanas ha ido a la baja, pues en promedio era de siete y actualmente es de dos.

Añadió que en las comunidades indígenas una tercera parte de las mujeres menores de 20 años ya tiene dos hijos, aunado a que desconocen los avances registrados en el ámbito de la salud sexual y reproductiva.

Gabriela Rodríguez, directora de la organización civil Afluentes, señaló que en México la educación sexual “está lejos” de las vivencias experimentadas por las y los jóvenes. En tanto, José Luis Pérez Bautista, representante de la Federación Nacional de Asociaciones de Padres de Familia, denunció el retiro de los libros de texto gratuito en Michoacán, Baja California, Estado de México, Jalisco y Chihuahua por contener “una visión progresista” de la sexualidad.

El debate El derecho a la educación sexual, formó parte del décimo aniversario de la organización civil Afluentes, se realizó en Casa Lamm y fue moderado por la periodista Carmen Aristegui.