jueves, marzo 27, 2008

Presentan “La laicidad: antídoto contra la discriminación”

*Darle poder político y mediático a la Iglesia “destrozaría” la democracia: Jorge Carpizo
*Nada parará a las Sociedades de Convivencia, el aborto legal y la ortotanasia: afirma

México DF, marzo 27 de 2008 (Christian Rea Tizcareño/NotieSe).- “La laicidad: antídoto contra la discriminación”, un ensayo del investigador Pedro Salazar Ugarte editado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), fue presentado ayer por su autor y expertos en la materia.

Al respecto, el doctor en derecho Jorge Carpizo McGregor dijo que hacer modificaciones constitucionales para que las iglesias puedan intervenir en política y poseer sus propios medios de comunicación “destrozaría, eliminaría” la democracia del país.

“El marco legal actual es muy amplio, respeta a todas las religiones y es producto de una lucha histórica. Donde hay una religión de Estado o se favorece a una religión no hay democracia. Eso es inadmisible”, aseveró el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Carpizo hizo un llamado a las iglesias a “no dividir a la sociedad” y a no pretender imponer su concepción moral de la vida a toda la población.

Señaló que “no sería beneficioso” para el país si la Iglesia Católica pudiese hacer proselitismo a favor de algún partido político o candidato a través de los medios de comunicación, tal y como ocurrió recientemente en España.

Explicó que la laicidad es la capacidad de cada persona para elaborar o adherirse a valores y creencias propias. “Es el derecho a pensar por cuenta propia, sin limitaciones dogmáticas. Es la autonomía del pensamiento ante las religiones”.

En este sentido, indicó, la laicidad, los derechos humanos y la democracia son términos que se imbrican, pues son contrarios al fanatismo, al dogmatismo, a la superstición, al pensamiento único y a los valores absolutos que son inaccesibles a la razón humana.

Mencionó que dentro del texto de Salazar Ugarte hay reflexiones sobre la “pretensión de querer gobernar la tierra con el cielo”; el reforzamiento de los principios de pluralidad y tolerancia; el respeto a todas las creencias y las libertades de conciencia; la división entre pecado y delito, y el valor de la democracia como una característica intrínsecamente civil, no moral, ni religiosa.

En entrevista para NotieSe, el ex secretario de Gobernación expuso que temas como la interrupción legal del embarazo antes de las 12 semanas, la Ley de Sociedades de Convivencia y la Ley de Voluntad Anticipada forman parte de una corriente apoyada por la sociedad que busca el respeto y protección de los derechos humanos. “Esta es una ola que no la para nadie. Las verdaderas dictaduras y autocracias en el mundo son las únicas que se han cerrado a este tipo de protección de derechos”.

Por su parte, Gilberto Rincón Gallardo, presidente del Conapred, afirmó que la laicidad supone la vigencia de la igualdad de derechos y evita que las creencias de un grupo se conviertan en una política del Estado.

“El laicismo debe ser, en una sociedad abierta y democrática, la ética pública que ha de regir la vida política y la convivencia entre la pluralidad de la nación”, agregó.

Para Lorenzo Córdova, doctor del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, la intolerancia política y religiosa que impide el derecho a pensar distinto se llama “fascismo, absolutismo”.

En contraparte, “el Estado laico es aconfesional, no asume como propia una religión pero tampoco la condena o persecución de alguna fe en particular o de todas”, añadió.

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